A ti... Que tu voz permanece en las noches de soledad teñida de pétalo rojo
En tu piel, en tus labios,
en el aroma que te persigue,
es ahí donde se colma mi añoranza de ti.
Si tu piensas que yo me abarco y me vacío de nocturnidad,
ni la noción de saberte noche aprecia el descaro de mi entrega. Nada que se nombre,
nada que se obstine
alcanza a rozar mi muerte en ti.
Mis muslos que estallan ya no pueden de embriagarte,
y enfermo de sobriedad cada noche,
por que tu único rastro son sombras que cuelgan de mis ojos, eternos pozos derretidos a ti.
Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel
miércoles, 8 de septiembre de 2010
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