martes, 19 de enero de 2010

Dilema

¡¡¡Hola!!! He vuelto de una pequeña pausa. Escribir a veces se me complica un poco, pero traigo muchas ideas para compartir. Hoy me gustaría hablar sobre un tema que ha rondado mi cabeza desde hace un par de meses.

En una cena a la que asistí, un tema fué llevando a otro hasta que terminamos hablando sobre la pérdida. La discusión trataba de resolver qué era peor: tener algo y perderlo, o nunca haberlo tenido. Se hablaron de varios distintos ejemplos que se usaban para argumentar las posiciones: alguna de las capacidades sensoriales, el éxito, el dinero, el amor, alguna persona querida.

Casi todos en la mesa coincidían en que era mejor no haber tenido algo, a tenerlo y perderlo después. Por ejemplo, preferían nacer sin alguna de sus facultades sensoriales, que nacer con ella y perderla más tarde. Decían que era mucho más duro saber lo que has perdido y adaptarte a vivir sin ello, y que en cambio, si toda su vida has carecido de aquello mismo, no conocerías el dolor que supondría perderlo y podrías vivir tranquilamente sin ese trauma.

Creo que hubo algo de sorpresa cuando yo dije que no estaba de acuerdo y prefería lo contrario, por que realmente ni siquiera me dieron la oportunidad de exponer mi punto de vista. Al día siguiente, hablando con una amiga mía que había estado presente en aquella cena, volvimos a hablar del tema y me preguntó por qué pensaba eso. Le expliqué lo siguiente...

Todo es prestado. La vida misma es prestada. Nuestro trabajo es prestado, no sabemos cuánto durará. Nuestras amistades son prestadas, no sabremos si en algún momento terminarán. Aunque nuestras casas esten a nuestro nombre, no sabemos si las tendremos toda la vida. Aunque a nuestros hijos les hayamos dado la vida, los eduquemos y los mantengamos, sus vidas les pertenecen a ellos, no a nosotros. Nuestros propios cuerpos son prestados. Nosotros no somos nuestro cuerpo y algún día se agotarán y se extinguirán nuestras vidas. ¿Y por eso decimos que preferimos no vivir? ¿Preferimos no haber nacido y sentido los rayos del sol por que un día ya no los sentiremos? ¿Preferimos no haber comprado una casa para vivir con nuestras familias por que un día la tuvimos que vender? ¿Preferimos no tener hijos porque se marchan de casa y nos dejan solos? ¿Preferimos no haber conocido el amor real de alguien porque esa persona nos dejó o murió?

Todo tiene un comienzo y un fin, incluso nosotros mismos. Todo lo que tenemos, lo perderemos en un momento u otro, hasta nuestras propias vidas. En todo este viaje que es la vida, lo importante no es lo que perdemos, sino lo que hacemos con lo que tenemos y con el tiempo que disfrutamos de ello. Además, todos tenemos cosas distintas y vidas distintas. Algunos tendrán cosas que nosotros no tenemos, pero tal vez nosotros tenemos otras igual de hermosas. De lo que se trata es de tener la capacidad de agradecer esta oportunidad, de disfrutar de ella y de usarla para hacer algo por el bien de los otros.

Si tenemos la oportunidad de disfrutar de la vida, de la gente que nos quiere, del maravilloso planeta que tenemos, de nuestro cuerpo que siente, saborea, escucha, late , entonces no por el hecho de que todo eso se acabará un día resulta mejor jamás haber conocido toda esta magia que es la vida.....

¿No creen?

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