sábado, 5 de junio de 2010

Un cuento...


En un pueblo vivía un viejecito con su nieto. Un día el hombre dijo al niño: "Saca a la mula, que vamos a dar un largo paseo". El niño hizo obediente lo que el abuelo le había indicado. Sacó la mula, la cepilló para quitarle el polvo de encima, le puso una brida y espero paciente frente a la puerta de su casa. Cuando este salió, cogió la brida con la mano y los dos emprendieron el camino andando. Entonces el abuelo habló de nuevo: "Cuando lleguemos a cada pueblo y la gente nos observe pasar, escucha atento los comentarios que hagan y recuerdalos bien, hijo". Y así lo hizo el pequeño.

Al llegar al primer pueblo por el que debian cruzar, la gente miraba a los dos pasar por delante mientras comentaban: "¡Pero qué par de tontos! Van tirando de una mula estupenda que perfectamente podría llevarles en el lomo y no se cansarían tanto en su travesía!". Así que al salir de ahí el abuelo decide montar al niño en la mula y seguir él a pie.

Al llegar al siguiente pueblo la gente comentaba: "Miren nada más qué niño tan mal educado. Un pobre viejo que ha trabajado toda su vida tiene que ir tirando de la mula en donde un niño, joven y fuerte, va tan descaradamente montado. ¡Qué barbaridad!" Asi que al salir de este segundo pueblo, el abuelo bajó al niño de la mula para que tirara de ella, y él se montó.

Al llegar al tercer pueblo la gente murmuraba con asombro: "¿Pero cómo es posible esto? ¡Qué crueldad la de ese señor! Mientras él va plácidamente sentado en los lomos de esa mula, un pobre niño pequeño e indefenso tiene que hacer el camino andando y tirar de ese animal tan grande y fuerte... ¡Hay que ver!" Asi que al salir de ese pueblo, el abuelo decidió montar al niño junto con él en la mula.

Al llegar al último pueblo, el asombro de la gente y las murmuraciones no fueron menores. la gente susurraba a su paso: " ¡Esto es increible! Pobre animal...¡tener que llevar en su pobre espalda semejante carga! Vaya manera de maltratar a una pobre criatura viva..."

El abuelo acercó la mula a un árbol en el campo después de dejar el último pueblo detrás. Ató la mula a una rama y se sentó con su nieto a almorzar bajo la sombra que proporcionaba su follaje.

"Hijo, ¿has escuchado atento los comentarios de la gente de los pueblos por los que pasamos? " El niño asintió intrigado ante lo que su abuelo estaba a punto de decirle.

"Nunca hagas caso de lo que la gente cree que debes hacer. Todos te juzgaran de manera diferente y hagas lo que hagas... JAMÁS, y repito JAMÁS será suficiente para satisfacerles a todos. Sigue tu corazón y tu propio juicio, el de nadie más. Podrás escuchar consejos u opiniones, pero sólo te debes a tu corazón. Tú sabes lo que hay de verdad en el fondo de ti. Si lo que haces lo haces con amor, estará bien hecho, te equivoques o no."

Y colorín colorado.....

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